Es importante conocer la historia natural de la enfermedad para determinar tanto el pronóstico como el manejo del paciente. En la enfermedad COVID-19, podemos distinguir 3 etapas de la enfermedad: a) período de incubación, b) cuadro clínico y c) periodo de convalecencia o recuperación.
Período de incubación
Se define como período de incubación al lapso de tiempo que transcurre desde la exposición inicial a un agente infeccioso y la presentación del primer signo o síntoma de la enfermedad que ese agente produce. Varía según la infección. En la mayoría de las enfermedades infecciosas existe la posibilidad de transmisión durante el período de incubación, principalmente en el período inmediato antes de presentar los síntomas y signos que permiten hacer el diagnóstico.
Es importante definir que el período de incubación se puede presentar o de manera asintomático o cursar con un cuadro clínico con síntomas comunes a otros virus respiratorios.
Los virus respiratorios causan enfermedades en los seres humanos caracterizadas por un inicio abrupto de síntomas. Los estudios en humanos y modelos animales han demostrado que los síntomas no son inmediatos y aparecen días o incluso semanas después de la infección. Dado que los síntomas iniciales son una manifestación del reconocimiento del virus por parte de elementos de la respuesta inmune innata, muchas veces la replicación temprana del virus puede pasar desapercibida en gran medida.
El análisis de los datos del COVID Symptom Study, dirigido por investigadores del King's College London, revela que hay seis 'tipos' distintos de COVID-19, cada uno de los cuales se distingue por un grupo particular de síntomas. Los hallazgos tienen importantes implicaciones para el manejo clínico del COVID-19 dado que podría ayudar a predecir quién está en mayor riesgo y sea probable que necesite atención hospitalaria.
Los síntomas similares a los de la gripe o el resfriado común son variados y los pacientes los describen como fiebre, escalofríos, malestar general, mialgia, estornudos, tos, secreción nasal, dolor en los senos nasales, congestión, dolor de cabeza y otros . Estos síntomas están asociados con la secreción de mediadores de la inflamación como interferones de tipo I (IFN), interleucina 6 (IL-6), interleucina 8 (IL-8), interleucina 1 (IL-1), factor de necrosis tumoral α (TNF-α), proteína inflamatoria-1β de los macrófagos (MIP-1β), interferón-γ (IFN-γ) y otras citocinas
Cuadro Clínico
La infección se inicia en la mucosa del tracto respiratorio superior, desde donde se extiende hacia el tracto respiratorio inferior. Del pulmón, el virus pasa a la sangre y puede infectar órganos cuyas células expresen el receptor ACE2: corazón, riñón, tracto gastrointestinal.
Los síntomas relacionados al daño directo del virus a las células que infecta daría a la segunda etapa de la enfermedad: el cuadro clínico. Las manifestaciones clínicas de la infección por SARSCoV-2 presentan un espectro que va desde la ausencia de síntomas hasta las formas más graves, que requieren cuidados intensivos y tienen una alta mortalidad.
El análisis de los datos del COVID Symptom Study, dirigido por investigadores del King's College London, revela que hay seis 'tipos' distintos de COVID-19, cada uno de los cuales se distingue por un grupo particular de síntomas. Los hallazgos tienen importantes implicaciones para el manejo clínico del COVID-19 dado que podría ayudar a predecir quién está en mayor riesgo y sea probable que necesite atención hospitalaria.
Los investigadores descubrieron que solo el 1,5% de las personas con el grupo 1, el 4,4% de las personas con el grupo 2 y el 3,3% de las personas del grupo 3 de COVID-19 necesitaban soporte respiratorio. Estas cifras fueron del 8,6%, 9,9% y 19,8% para los conglomerados 4, 5 y 6, respectivamente. Además, casi la mitad de los pacientes del grupo 6 terminaron en el hospital, en comparación con solo el 16% de los del grupo 1. En términos generales, las personas con síntomas de COVID-19 del grupo 4, 5 o 6 tendían a ser mayores y más frágiles, y tenían más probabilidades de tener sobrepeso y afecciones preexistentes como diabetes o enfermedad pulmonar que aquellas con tipo 1, 2 o 3.
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